Una adecuada alimentación es fundamental para optimizar el crecimiento y desarrollo de niños/as y adolescentes, además de contribuir al funcionamiento cognitivo para el logro de los aprendizajes requeridos. La promoción de hábitos alimentarios saludables en el ámbito educativo, favorece el sostenimiento de los mismos a largo plazo en los/as alumnos/as, y la posterior replica de generaciones futuras. Resulta primordial la participación conjunta de tres pilares básicos dentro de la comunidad educativa: Directivos/docentes – Alumnos/As – Familia.